lunes, 1 de noviembre de 2010

la frivolidad
es la imagen del reflejo
que devuelve un espejo
cuando se mira
cada mañana
la trascendencia

lunes, 14 de junio de 2010

la decepción
no es mÁs que el precio que pagamos
cuando falla nuestra apuesta por
la espEranza

lunes, 5 de abril de 2010

las iDeas,
cuando no nacen del pensamiento,
no son mÁs que apariencias.
el pEnsamiento
que no proviene de los sentidos
se convierte en un mEdio
cuando debería ser un
FiN.

lasideassinsentidonuncahablandeverdad

viernes, 5 de marzo de 2010

Gritamos al mundo pidiendo una respuesta,
y solo obtenemos un silencio atronador,
que en el peor de los casos
solo devuelve nuestro grito
hecho eco y mentira.

viernes, 19 de febrero de 2010

Las ideas son lo contrario del pensamiento.
No cabe un lago en un rio,
y en todo caso,
el agua estancada se pudre.

domingo, 7 de febrero de 2010

HecHo

Personalidad es todo lo que hago para ocultar lo que realmente soy.

martes, 26 de enero de 2010

La suma de las partes trasciende el todo o de cómo la filogénesis se desarrolla en la ontogénesis

Hago notar la indecible sofisticación que han alcanzado en el nivel educativo. La adquisición de conocimiento se realiza en base a un incesante flujo de información que por su continuidad alcanza una presencia nitida pero en constante enriquicimiento. Sobre este punto propongo pensar en la manera en que una lente puede agrandar las cosas. Imaginamos una lente que jamás deja de agrandar la realidad* que pasa a traves de ella, y que en su eterna magnificación no deja de ofrecer nuevos detalles que parecían ocultos. Si consideraramos que realmente estaban ocultos, pues algo nos impedía verlos, no seria difícil pensar que los muros que en ocasiones puede dibujar la distancia desaparecen como espejismos con la proximidad. De este modo el conocimiento se convierte en una camino que conoces por haberlo andado, cada paso es anterior a otro al que hace evidente con su propia existencia, como el retorno de un péndulo, y también es posterior a un tercero que para entonces es ya una obviedad, como la chispa de la que surge una llama. Y todos pasan por todas esas etapas creando un estado de continua transformación, en el cual cada cambio supone una poderosa presencia casi estática y envolvente. Hablo de otra dinámica de pensamiento, cabe hablar de otra frecuencia, que hace su propias formas simplemente inconcebibles. No conozco una palabra que exprese lo contrario de ineludible, y sin embargo pienso que así es ese pensamiento. Quiero decir en el sentido de que eludir es dejar algo al margen, ineludible es algo que aunque quiera no puedo dejar al margen, y su contrario algo que aunque quiero no puedo enfrentar, y queda por tanto en un margen inalcanzable. Podría ser el equivalente de una tercera dimensión en un mundo plano, está ahí, esta de hecho en absolutamente todas partes, pero no se puede percibir. Voy a procurar concretar estas ideas, a través de un aspecto que no supera a ningún otro en excepcionalidad, pero que sin embargo, como todos los demás, está cargado de una esencia reveladora de la naturaleza de dicha manera de discernir. Su estudio del arte, del arte como un todo que abarca desde las técnicas, la Historia, la función social, el valor, el significado y su influencia por citar sólo algunos de sus aspectos. Comienza con la creación individual de una obra de arte, y culmina con la observación, una observación que podría decirse centrípeta a falta de una imagen mejor, de la misma obra de arte. Así, es su propia obra la que se convierte en objeto de su estudio, un objeto ideal que esconde la configuración de todo un sistema del cual es él mismo un producto. La contemplación es minuciosa, totalizante y crítica. Se trata de volcarse sobre la creación propia, mantenerla presente el mayor tiempo posible para convertirla en una constante que nos permita concebir el movimiento de todo lo que la rodea. Cuando se convierte en algo completamente carente de significado por su estatismo y fijeza, y todo gira alrededor suyo, entonces con una visión de conjunto podemos desentrañar su realidad a traves de la inercia circundante. Todo esto supone una especie de eterno mirar, de un objeto que se ha considerado expresión indiscutible, e insuperable en riqueza, del universo mismo que lo ha creado. La obra es considerada la forma de la definitiva manifestación de un sistema en evolución constante, y por eso su observación se convierte en el camino para penetrar sus fuerzas internas. El creador es considerado el elemento inmediatamente anterior a la obra. Su proximidad tanto en el tiempo y en el espacio como en la susodicha tercera dimensión, inalcanzable en su omnipresencia, revela una capacidad insuperable para convertirla en la referencia absoluta. Esta inminencia e inmanencia es incondicional y anterior en la creación pero no en la observación. Ambas, inminencia e inmanencia, son inherentes a la obra tanto en la creación como en la observación, pero en esta última son posteriores y condicionales. El continuo examen de la obra convierte a dicho observador en causa y efecto de un hecho al cual aisla del mundo**. En realidad decir que lo aisla no sería del todo correcto, más bien lo envuelve, pues la comunicación con el exterior se mantiene, aun cuando siempre ha de pasar a través del creador-observador. Se entiende que la obra nace en el momento de la creación, pero es concebida a lo largo de la relación que el sujeto mantiene con su entorno a través de la experiencia anterior a dicho parto. Pero es a partir de esa generación material cuando, con la observación, la obra madura y se desarrolla conceptualmente para alcanzar la plenitud de significado. A lo largo de este enriquecedor proceso de significación, el entorno mantiene una importante relevancia a través de la experiencia del observador. Se produce un enfrentamiento dialéctico entre ambos, creador y creación, que propicia la emergencia de detalles a primera vista insignificantes, pero que en la reflexión que producen el uno sobre el otro aparecen como elocuentes signos que encierran tanto las huellas del camino recorrido, como las claves de las sendas por recorrer. Se desprende de lo anterior que el ambiente es parte integrante de la existencia de la obra, aunque no en relación directa, sino tamizada por la experiencia del creador-observador. Esto configura la posición preeminente de éste para despejar todo lo accidental de la obra y trascenderla para llegar a la esencia del arte, lo cual es el fin último de todo el proceso. En el transcurso de este estudio del arte se van despejando las huellas temporales y personales que ensombrecen la idea pura del arte. En cada una de estas huellas es posible inferir aspectos circundantes como la significación, la función o la técnica entre otros, que se muestran secundarios y superficiales cuando el estudio ha alcanzado su culminación, liberar al arte de todo lo superfluo.

Hay dos hechos claves que no deben escapar a nuestra narración. El primero es la estricta prohibición de mostrar la obra a cualquier otra persona, evitando la posibilidad de que una influencia ajena pueda viciar la observación entorpeciendo,si no imposibilitando, la consecución de la elevada meta final. Aunque el estudio se da por concluido cuando el creador-observador ha alcanzado la idea máxima del arte, es de rigurosa necesidad que realice un ritual que supone el colofón de su esfuerzo, y sirve para consolidar, confirmar y consagrar su conocimiento. Este ritual se denomina "posesión del destino" y se basa en la completa destrucción de la obra. Dada la diversidad de materiales, medios, técnicas, formatos y soportes que se dan en las obras, la manera de poseer el destino es inmensamente hetereogenea. La única condición que se ha de cumplir es que en los restos sea completamente imposible identificar una obra de arte. Es bien sabido que solo así se puede mantener pura la idea del arte, que de otro modo podría verse corrompida y pervertida en el devenir de su existencia, sujeta y permeable al entorno que la rodea. De esta manera la exclusiva inmanencia entre creador y obra se mantiene incólume y eterna.

El conocimiento del segundo hecho me ha sido concedido de manera exclusiva como narrador atemporal y omnisciente. Se trata de la enfermiza costumbre del analfabeto y embrutecido conserje de la Academia, que incumpliendo su deber de deshacerse de los restos de las posesiones del destino, los guarda en su caseta confiriendoles el valor de auténticas obras de arte.

*El tamaño esencial de la realidad es directamente proporcional a la cantidad de luz que proyecta. La realidad sólo existe cuando es conocida, y es a partir de la cantidad de luz recibida por el ente conocedor que se determina la cantidad de luz proyectada por dicha realidad.

**A pesar de la imprecisión del termino aislar, expresada más adelante, éste se ha mantenido en el texto pues la imagen de aislamiento es idonea para entender la perspectiva única que los estudiosos alcanzan de sus propias obras.

jueves, 21 de enero de 2010

6 BRiNDiS

Hoy brindo:

por los brindis ante audiencias inexistentes,
brindis sin bebida, sin copas y, sobre todo,
sin encuentro de cristales,
“chin chin”.

por los egos pequeños que se presentan frente a la masa, porque nadie es tan consciente de la multitud como lo son ellos, y por eso saben mejor que nadie lo pequeña que es.

por una flecha que se lanza contra un muro de piedra,
decidida a encontrar una ventana y atravesar una cabeza.

por los que conocen el amor sin esperanza,
porque nunca nadie dejó tan pequeña una palabra tan grande.

por nunca nadie en ninguna parte, no cabe una idea más grande.

Brindo solo,
“chin”.

miércoles, 20 de enero de 2010

Intención de cuestiones

No quiero encerrar ideas en palabras.
No pretendo atar verdades a realidades.
No puedo decir lo que veo,
igual que no puedo
oir lo que huelo
ni ver lo que digo.

No cabe un universo en una palabra,
ni un mundo,
ni una persona.
A penas cabe un pensamiento
limitado, mutilado y deformado.
Me conformo.

Si mis palabras fueran de papel
las quemaría
para ver lo que iluminan
antes de consumirse.

Palabras para consumir
no son ideas para vender.

Yo no busco con mis palabras dibujar la realidad, sino despertar las ideas.
No pretendo conocer los hechos, sino trascender los sentimientos.
El conocimiento es la parte sensible de la reflexión.
El pensamiento es un rayo de luz, encerrado en un cuarto lleno de espejos.
La expresión es cuando esa imagen, mil veces reflejadas y mil veces deformada, encuentra una salida.